lunes, 16 de junio de 2014

Darwin no tenía razón

Llego a casa con la más venerable que sincera intención de borrarte de mi habitación. Paseo de los Melancólicos, Ermita del Santo, Sta. Maria de la Cabeza. Incluso he optado por malgastar 30 minutos de mi (aparente) valioso tiempo para coger una línea de autobús en la que nunca me has acompañado y que, cosas del destino, coincide a la perfección con uno de nuestros paseos más comunes. Dos vueltas de llave y ya estoy en casa (¿casa?). A mi derecha, rodeado de polillas, pelos y polvo, tu olor: aún queda (a veces pienso que lo tengo tan incrustado en la nariz que no se irá nunca).
Me pongo a ello. No puede ser tan difícil: solo tengo que colocar las cosas en el sitio exacto en el que estaban antes de que tú, tu olor y tu misión colonizadora llegárais a este casa (¿cuerpo?).
Recojo las bragas del suelo, encuentro un calcetín sucio que queria acompañarlas. Miro el vestido que me compré porque pensé que te gustaría: lo meto en una bolsa (mañana deciré qué hacer con él). Deshago la cama y la vuelvo a hacer, guardo el maquillaje: máscara de la indecencia que provocas. Parece que ya está todo.Sí, así será todo mucho más fácil: sin tu presencia en mi hábitat, acabaré adaptándome al medio de tu ausencia. Intento quitarme esos zapatos que odias en silencio para dejarlos en su sitio. Ahí está: el periódico. Lo lees mientras desayuno o mientras duermo, a la vez detestable y terriblemente tierno. Alzo la vista, preguntándome a mi misma como he podido ser tan idiota, para descubrir, entre el desorden, tu nombre pequeñito en lo sobrio de una cartulina (debe ser cosa de aquello para lo que te vestías de señor importante). Debajo de la cama, mis zapatos esperan, en formación, a que me de cuenta de quién los instruyó para parecer más tuyos que mios.
Fue él: el irremediablemente unido, junto a ti, al primer cuarto a la derecha del cuarto izquierda. Una estantería, de lo torcido bohemia, se refleja en la perfecta alineación cuadrada que me regalaste para quererme. La lámpara y el armario que nunca más fueron rotos, la pared coronada de iniciaciones a Madrid. El colchón tirado con furia al suelo. Tu maleta, a veces, aquí (y siempre, casi no queriendo molestar, detrás de la puerta). Y no puedo borrarte, amor: eres mi medio Madrid.

lunes, 19 de mayo de 2014

Papá

La resaca continuada de lo que está por llegar se apodera de lo poco que queda ya de mi lucidez. Mientras, la lista de cosas por hacer se adereza de 'tranquila, nena, si no puedes no pasa nada' (o la definición más exacta de frustración) de manos de la voz que no pudo o que no supo o que no supo querer, claro. Apocalípticamente triste. Pero a la resaca llega una gaviota manchada de tierra y sudor que, entre libros de historia, me atusa de refranes que nunca entendí y ahora entiendo; que, muy bajito, me dice que me admira, aunque no lo haya dicho jamás.

domingo, 18 de mayo de 2014

Su abuela lo llamaba el ternero: siempre estaba bebiendo leche. Y es que su mamá le dijo, cuando era muy pequeñito, que con la leche se haría grande, se haría fuerte. Y ahí sigue él, tomándose su taza de leche, siempre fría, cada tarde, en la merienda. Y ahí sigo yo, soñando, noche tras noche, con prepararle la merienda cada tarde todas las noches de mi vida.

martes, 13 de mayo de 2014

...

Dejarse llevar, caer, guiar. Precipitarse. Una sima ante tus uñas, el abismo frente a tu pelo de la nariz. Arrojarte al vacío (mejor abalanzarse sobre él). Regurgitar entre sudor tras la carrera en el tercer certamen del darse de bruces contra la irrealidad. Despeñarse en el desierto, desprenderse del abrigo en pleno agosto y, en el agua, perder el equilibro.


Jugar a ser mayor.

domingo, 11 de mayo de 2014

..

Tecleo dar explicaciones en Google. El primer enlace, cómo no, de un blog de autoayuda escrito por un marica de medio pelo y cuarto de kilo de pluma. Dos flechita para abajo después, un foro de debate de estudiantes de español: ¿cómo coño dais regalos y explicaciones con el mismo verbo, tios? Sigo bajando. Llego al quid de la cuestión, al meollo, a la sustancia rica rica: una página de facebook que reza tal que así:
Me carga dar explicaciones, pero si me gusta pedirlas xDDhttps://www.facebook.com/pages/Me-carga-dar-explicaciones-pero-si-me-gusta-pedirlas-xDD/284682124798 

Más allá de la fuente de eruditos en potencia que hacen gala de su intelecto en tan respetables agujeros de internet, la frase me hace pensar. Joder, lo que nos gusta, ¿eh? Que gustito que nos da incordiar en la intimidad del otro, urgando como si nos la hubieran prestado el vecino del quinto, el que folla a la hora de la siesta, ese al que  quisieras devolvérsela rota porque la envidia te agujerea las entrañas y el pantalón. Eso sí, tú lo que quieres es devolvérsela rota sin que se note, ataviado con tus mejores galas: las pantuflas, el pijama y la sonrisa más falsa que ha parido madre. Que se de cuenta después, preferíblemente a modo de coitus interruptus. Pero claro, tú al vecino no le pides explicaciones, como mucho un par de huevos. Las explicaciones se las pides a....

Sigo urgando en internet. 

Y ahora sí que sí. Aquí está lo bueno. Cito textualmente, porque esto no tiene desperdicio.

Es indispensable que comprendas que es él quien tiene una dificultad para, si le dio miedo involucrarse demasiado, si siente culpa por algo que hizo o dejó de hacer, si no quiere ser sincero contigo, es cuestión únicamente de él porque está claro que no quiere tu ayuda para superar esos inconvenientes.http://www.fucsia.co/sexo-y-relaciones/vida-en-pareja/articulo/se-dar-explicaciones-que-hacer/25253#.U2_XdSgSNFM

Y lo deja así caer, la tía (asumámoslo, esto lo ha escrito una tía, gorda y virgen a los 38). Que resulta que el problema no lo tienes tú (en las webs rosas escritas en calibri las mujeres nunca son el problema, tú eres una mujer, por ende...Gracias, Socrátes), el problema es él, que no "se involucra".

-Amorcito, ¿qué hacías el 28 de abril del 94 a las 14:35 con ESA GUARRA?
-
-¿Qué pasa?, ¿no quieres contármelo? No confías en mí y no crees en esta relación...Lo sabía, eres como todos (leer preferiblemente con voz de pito)


Conclusiones:

Tareas pendientes:
-Pedirle dos huevos al del quinto y esclafárselos en la puerta al primer gemido.
-Boicotear toda web rosa que se cruce en mi camino.

Conclusiones:

La curiosidad mató al gato.