lunes, 19 de mayo de 2014

Papá

La resaca continuada de lo que está por llegar se apodera de lo poco que queda ya de mi lucidez. Mientras, la lista de cosas por hacer se adereza de 'tranquila, nena, si no puedes no pasa nada' (o la definición más exacta de frustración) de manos de la voz que no pudo o que no supo o que no supo querer, claro. Apocalípticamente triste. Pero a la resaca llega una gaviota manchada de tierra y sudor que, entre libros de historia, me atusa de refranes que nunca entendí y ahora entiendo; que, muy bajito, me dice que me admira, aunque no lo haya dicho jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario